En la actualidad, casi cualquier coche de gasolina (nunca diesel) que tenga menos de quince años puede ser adaptado de forma sencilla para que funcione con gas. Este cambio supone menor nivel de contaminación y resulta bastante más barato.
Sin realizar grandes modificaciones, los coches de gasolina pueden ser adaptados para usar dos tipos de gas: gas licuado del petróleo (GLP) o gas natural comprimido (GNC). El más común es el primero, que también se denomina autogás.
Según la Asociación Española de Operadores de Gases Licuados del Petróleo (Aoglp), este combustible genera hasta un 10,9 por ciento menos de dióxido de carbono (CO2) que la gasolina y puede contribuir a reducir la contaminación atmosférica en las ciudades, al producir menos emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y partículas. La otra opción es el gas natural, con menos emisiones de CO2, aun, aunque hoy en día resulta más complicado de utilizar para los ciudadanos.
El GLP se almacena en estado líquido a unos 10 bares de presión, en un pequeño depósito que cabe en el hueco de la rueda de repuesto y que permite recorrer de media unos 500 kilómetros. Por su parte, el gas natural comprimido tiene que ir a altas presiones de entre 200 y 215 bares. Su autonomía es menor, por lo que se necesitan varias bombonas grandes y alargadas, que resultan más difíciles de emplazar en el coche. Por ello, es más frecuente la primera opción, en la que apenas se pierde espacio ya que se instala un depósito tórico que ocupa el espacio del suelo del maletero. El hueco para el almacenamiento no se ve afectado.
Al vehículo transformado se le instala una boca de carga, normalmente en un lateral, provista con una tapa. Basta con introducir el boquerel del surtidor en la boca de carga instalada en el vehículo y pulsar un botón situado en el propio surtidor para cargar la cantidad deseada en el depósito.Cabe destacar que este repostaje de autogás se puede hacer en cualquier momento, es decir, no es necesario esperar a tener el depósito vacío para poder repostar.
Este sistema también incrementa la vida útil del motor, prolongando los períodos de programación de los cambios de aceites y de bujías. Contiene menos moléculas de carbono que el resto de carburantes, por lo que la combustión es mucho más limpia y el mantenimiento general se reduce cerca de un doce por ciento.
Saygal es un centro especializado, donde contamos con el KIT homologado para realizar esta modificación sin necesidad de realizar ninguna operación directamente en el motor. A partir de ahí con este sistema bifuel le permitirá conducir indistintamente en modo gasolina o en modo autogás sin necesidad de frenar el vehículo, simplemente accionando un botón que estará a su alcance.
"El autogás, el combustible de futuro alternativo y ecológico"